Ventanas iluminadas:
Cada árbol
representa un bloque de piso y cada ventana es algo fronterizo entre lo de
dentro y lo de fuera, entre lo público y lo privado. De esta manera, los
hermanos Rosado plantean una reflexión sobre “la fabulosa posibilidad de no ser nadie”; es decir, dejan a la
imaginación de los visitantes lo que pudiera ocurrir en el interior de las
ventanas.
Cortinas de perlas negras:
Con ellas divide el espacio y regula tanto el acceso como
las miradas, lo cual hace, al igual que la instalación de las ventanas
iluminadas, que se separe lo público de lo privado, el interior del exterior, etc.
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