Los artistas Nicole Andrijevic y Tanya Schlyz llevan desde el 2007 trabajando en sus obras con golosinas. Combinando multitud de colores con técnicas inspiradas en los mandalas tibetanos y el Kawaii.
Siempre se han decantado por materiales efímeros —caramelos, gominolas, creaciones de papiroflexia, objetos de usar y tirar— que en conjunto exploran la sensación de felicidad momentánea.
Cada creación aparece como desparramada en el suelo de la sala de exposiciones, produce visiones que recuerdan a planetas lejanos o vistas aéreas. Los niños acuden encantados.
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